La intervención se dio luego de la movilización contra los magistrados. Los fiscales Anticorrupción, Roshan Valenzuela Melgarejo y Vlady Aguirre, abordaron al presidente regional, César Álvarez Aguilar, cuando se dirigía al Campamento Vichay, a fin de hacer una inspección ocular a la unidad móvil con placa de rodaje RD - 6820 asignada a la autoridad regional.
Según los representantes del Ministerio Público, su presencia en el lugar de la intervención se debía a una llamada anónima que les indicó que en el vehículo se llevaba una fuerte cantidad de dinero para cumplir con pagar a los manifestantes "espontáneos".
Luego de esta primera versión (llamada anónima), los fiscales informaron que fue el coordinador de fiscales Anticorrupción, Ricardo Madge Longobardi, quien ordenó actuar de oficio ante un posible hecho irregular, sin embargo se revisó el vehículo de cabo a rabo y sólo se encontró papeles, botellas con agua y objetos personales de Álvarez Aguilar.
"PERSECUSIÓN POLÍTICA"
Fiel a su estilo y tras advertir a los fiscales que no revisen la camioneta pues sólo encontrarían su pasta de dientes, su ropa interior y comida, Cesar Álvarez Aguilar calificó la actividad fiscal como una persecución política.
“Acciones como ésta no las voy a permitir, por lo tanto se levanta el acta y luego procederé a imponer una denuncia penal contra las autoridades del Ministerio Público”, expresó indignado, ante lo cual Madge Longobardi argumentó el porqué dicha diligencia no se configura de ninguna manera en un abuso de autoridad.
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