El último vómito (porque él vomita palabras, no es que piense y luego declare, no) del presidente regional, César Álvarez Aguilar (CAA), no me ha sorprendido tanto como quisiera viniendo de un personaje con tal investidura, pero desde luego me ha indignado, más que por los ‘curitas’ -soy sincera- por los periodistas de Radio Santo Domingo, todos ellos excelentes ex compañeros de trabajo, con quienes desde aquí me solidarizo (¿a que estúpido se le ocurre decir que “están en amores” precisamente con los curas?).
El individuo que por cansancio y por torpeza de los ancashinos llegó al Gobierno Regional de Ancash (GRA) nunca frenó su lengua, al contrario, siempre dejó que ésta se ‘despachara’ sin rumbo, siempre hizo berrinches, hasta cuando nos suplicaba a nosotros (¡oh incautos periodistas!) que le demos cabida en nuestros medios para que critique a sus rivales políticos; aquí es preciso acotar que por entonces no existían ‘periodistas comandos’, o sea que, al menos quien escribe, le daba cobertura porque el tema algo de importante tenía o por, repito, cansancio.
Recuerdo (y aquí acabo con las remembranzas) que un sábado por la tarde del año 2002, cuando terminaba con la redacción de mis notas en La Industria, CAA llegó a nuestras oficinas con la voz quebrantada y los ojos llorosos a denunciar que le habían robado todos los celulares (¿esos tipo raspadilla?) que vendía en una tienda ubicada en la intersección de la avenida Pardo con el jirón Carlos de los Heros, local que luego fue su fortín de campaña.
Él sindicaba al entonces alcalde Guzmán Aguirre como el responsable de este hurto y me lo contaba gritando, con esa voz chillona que es parte de su sello personal; misma tragedia griega me enumeraba que allí se fueron todos sus ahorros y préstamos bancarios y que sólo podía ser su rival político el autor de su desgracia. A mí esto me pareció un ilícito más y por la hora de cierre lo dejé para después, aunque ahora mismo no recuerdo si llegué a escribir algo de eso.
A lo que voy es que si CAA siempre fue así ¿en que momento alguien lo vio presidenciable?, ¿por qué no lo hicimos a un lado?, ¿porque criticaba a las ‘bestias (o burros) de Ancash’ de ese entonces?, ¿cuántos César Álvarez más existen entre los que hoy fungen de sus opositores?
Para hacer política y para liderar a un pueblo, pienso, hace falta más que echar barro con ventilador, más que señalar con el índice a quienes están en el poder; eso es fácil, eso hacia Álvarez antes de autodenominarse ‘la Bestia de Ancash’, recordemos, él era el también autodenominado ‘Chimbotero Moralizador’.
Para hacer política, considero, hace falta educación, inteligencia, criterio, consecuencia y otras cualidades de las cuales CAA ha demostrado carecer así es que, que no nos sorprenda sus próximos ‘vómitos’, eso sí, contémosle todos y hagámosle pagar en las urnas porque esta ‘fiebre amarilla’ debe terminar ya, los ancashinos merecemos una autoridad que personifique la grandeza de nuestra región, ‘curitas’ incluidos.
Artículo de opinión
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